EA4URG nació en 1980 como punto de encuentro para los radioaficionados de la Sierra de Guadarrama y alrededores. A lo largo de más de cuatro décadas, ha pasado de ser un pequeño grupo de entusiastas de la radio a convertirse en una asociación consolidada que combina tradición y modernidad. Un hito clave en su trayectoria fue la inauguración, en 2015, de su sede social en el Centro Municipal de Asociaciones “El Raso”, gracias al apoyo del Ayuntamiento de Guadarrama. Desde entonces, contar con un espacio propio ha permitido relanzar las actividades de la sección y disponer de una estación colectiva abierta a sus socios.
Durante su historia, EA4URG ha impulsado actividades que han trascendido el ámbito local. En 2015 organizó la activación especial del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, permitiendo a radioaficionados de todo el mundo contactar con este enclave natural y sumar referencias a sus diplomas internacionales. En 2017, con el diploma “Ruta de Felipe II”, la sección combinó radio y patrimonio cultural, activando diversos monumentos y parajes vinculados al monarca, lo que atrajo una notable participación en toda España. También en 2020 celebró sus cuarenta años de vida con el trofeo conmemorativo “URG 40 Años”, un evento que simbolizó la continuidad y vitalidad de la agrupación a lo largo del tiempo.
Más allá de los diplomas y concursos, la sección ha logrado hitos técnicos de gran importancia para la comunidad. Ha instalado y mantiene una red de repetidores en VHF, UHF, 50 MHz y 1,2 GHz, además de una baliza en 10 GHz que facilita la experimentación en microondas. Estas infraestructuras, ubicadas en puntos estratégicos de la sierra, han reforzado las comunicaciones de radioaficionados en una zona donde la orografía dificulta los enlaces, y se convierten también en un recurso valioso en caso de emergencias.
Hoy, EA4URG sigue siendo un referente en el noroeste de Madrid. Con una mezcla de veteranos que llevan décadas en la radio y nuevas generaciones interesadas en las tecnologías digitales, la sección mantiene un calendario activo de concursos, salidas de campo y encuentros sociales. Su historia demuestra cómo la radioafición, más allá de un hobby, puede convertirse en un vehículo de cultura, amistad y servicio a la comunidad, manteniendo viva la pasión por las ondas desde las alturas de la Sierra de Guadarrama.